Mantenimiento de sistemas hidráulicos: claves para alargar la vida útil y evitar averías

27 07 2025

Los sistemas hidráulicos están presentes en todo tipo de entornos industriales: maquinaria pesada, líneas de producción, grúas, prensas, etc. Son robustos, sí, pero no invulnerables. El desgaste, el uso intensivo y el olvido en las revisiones son enemigos silenciosos que acaban pasando factura. En este artículo repasamos qué incluye un buen mantenimiento de sistemas hidráulicos, qué errores conviene evitar y qué prácticas realmente alargan la vida útil de un sistema hidráulico.

¿Qué incluye el mantenimiento de un sistema hidráulico?

Hacer mantenimiento no es solo cambiar el aceite o revisar si hay fugas. Un plan completo debe incluir:

  • Inspección visual periódica de mangueras, válvulas y racores.
  • Revisión y sustitución de filtros para evitar impurezas en el circuito.
  • Control del nivel y calidad del fluido hidráulico, que actúa como sangre del sistema.
  • Verificación de presiones, temperatura y posibles vibraciones anómalas.
  • Comprobación de conexiones, sellos y puntos de posible fuga.

Pequeñas intervenciones regulares evitan paradas inesperadas más adelante. Además, una revisión bien ejecutada forma parte esencial de cualquier estrategia eficaz de mantenimiento de sistemas hidráulicos.

¿Cada cuánto se debe hacer mantenimiento?

No hay una regla única, pero sí hay algunas guías generales:

  • Mantenimiento preventivo: se programa según las horas de trabajo o el calendario. Sirve para evitar fallos.
  • Mantenimiento correctivo: cuando algo ya ha fallado. Costoso y evitable.
  • Mantenimiento predictivo: se apoya en sensores para anticiparse a posibles problemas. Requiere más inversión, pero también ofrece más control.

El tipo de aplicación y la carga de trabajo marcan la frecuencia ideal. Mejor prevenir que reparar.

Causas habituales de averías

La mayoría de los fallos hidráulicos se repiten una y otra vez por las mismas razones:

  • Aceite contaminado o en mal estado. Pierde propiedades y daña componentes.
  • Uso de componentes incompatibles o de baja calidad.
  • Montajes mal ejecutados, sin seguir pares de apriete o sin respetar la limpieza.
  • Sobrecargas mecánicas o térmicas.
  • Falta de formación técnica del personal que manipula el sistema.

Identificar estas causas es el primer paso para no repetirlas.

Claves para alargar la vida útil del sistema

Aquí van algunas buenas prácticas sencillas y eficaces para el mantenimiento de sistemas hidráulicos:

  • Utiliza siempre componentes certificados y compatibles.
  • Forma al personal técnico, aunque sea en lo básico.
  • Registra los mantenimientos y los fallos detectados. Sirve como histórico y como guía.
  • Apóyate en sensores si el sistema es crítico o trabaja muchas horas.
  • Revisa regularmente aunque no notes problemas. Prevenir sale más barato.

¿Qué pasa si no se hace mantenimiento?

Cuando no se realiza un mantenimiento adecuado, los problemas aparecen antes de lo esperado. Pueden surgir fugas, pérdidas de presión o movimientos anómalos que afectan directamente al rendimiento del sistema. Las paradas imprevistas suelen coincidir con momentos críticos, lo que agrava su impacto. Además, es frecuente que componentes clave se deterioren sin posibilidad de reparación, con el consiguiente gasto en repuestos y mano de obra urgente. A esto se suman los riesgos para el personal, especialmente en sistemas de alta presión. No es solo una cuestión de durabilidad, sino de evitar complicaciones evitables.

El mantenimiento de sistemas hidráulicos no es una tarea secundaria. Es parte esencial del buen funcionamiento de cualquier equipo que lo utilice. Revisar, ajustar y cuidar es mucho más rentable que reparar.

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